MANIFIESTO PÓSTUMO
NO NOS INTERESAN LAS MUERTES SINO LAS VIDAS. Esto no es un velatorio anticipado, ni las instrucciones para el mismo. PÓSTUMO es la albacea de las palabras, de las formas, con las que queremos ser vitalmente recordados. Un resguardo, para presentarnos en las mejores condiciones, si nos toca en suerte una muerte súbita.
LA MUERTE INESPERADA ES PARTE DE LA VIDA, es potencial desde que nacemos. Nuestro menester aquí es la muerte intempestiva, a destiempo, de los que están en la flor de la edad. Sin eufemismos ni moralinas falsas, porque todos tenemos un ser cercano al que le tocó y sabemos, aunque lo neguemos, que nosotros estamos en la lista de espera: un cáncer fulminante, la bala perdida, el auto en contramano que te destroza, un infarto silencioso, la droga adulterada. Inesperados sucesos con los que debemos aprender a convivir en paz.
DESBARATAMOS LOS CLÁSICOS HOMENAJES, como obituarios y necrológicas, por considerarlos cómplices de un historicismo ignorante. ¡Que no caiga en la mano de un burócrata de turno la tarea de recordarnos! Ya se sabe que ellos no son adeptos a asumir ningún tipo de riesgo y se inclinan indefectiblemente por el oscuro género de biografías despersonalizadas.
EL FLAGELO DE NUESTRO SIGLO ES LA IGNORANCIA. Despertemos: Hay otras formas, más humanas y vitales, de ser conmemorados. Podemos morir y ser recordados con mejores gestos; como en otras épocas, como en tantos otros lugares.
No queremos inventar nuevas estructuras para enfrentar el fallecimiento, solamente abrir la conciencia a la potente historia de la humanidad para demostrar que hubo innumerables modos de transitar la finiquitud. Es mentira que siempre se murió de la misma forma.
PÓSTUMO ES UNA CAJA ABIERTA, no un cajón cerrado. A modo de archivo vivo la dinámica del dispositivo es colaborativa-acumulable. Aquí hay acción. En un futuro será también una caja de herramientas y artilugios concretos para que el bronce sea querible y no un trago amargo de pasar.
QUINIENTOS CARACTERES, es la extensión máxima de cada registro en Póstumo. Consideramos que esa es una cantidad más que suficiente como anzuelo, como llave, para abrir en otros ámbitos la historia de cada artista.
Frente a temas tan relevantes seamos realistas antes que utópicos: Póstumo no puede contener todo el legado de cada artista. Su labor de albacea es el despliegue de una amplia catalogación de chispas que prenden la mecha empática de la curiosidad. Un repertorio de tarjetas de invitación a lo que fue nuestra existencia para que ella se mantenga viva.
TOCA A LOS ARTISTAS SER LOS RESPONSABLES. Por su condición de tales son los indicados para iniciar esta batalla contra las oscuras costumbres necrológicas enquistadas. Su tarea es estar en el frente de batalla creando nuevos ritos, imprimiéndoles su poética.
ACRECENTAR EL VOLUMEN, sin distinción de trayectoria ni notoriedad. Todos los artistas podrán dejar su particular registro. Así, el archivo vital de PÓSTUMO se irá acrecentando a medida que se sumen más y más testimonios. Separados por éxitos y fracasos, por sus diversos modos e ideologías, los artistas podrán verse reunidos compartiendo dos temas que les emparentan: el arte y la certeza sobre la finitud de la propia vida.
LA FILOSOFÍA Y LA HISTORIA NOS AVALAN. Para el que todavía dude de la importancia de nuestra misión preparamos un apartado de chácharas. Es la pestaña “Textos”. En ese ámbito se recorren los escritos que indagan y discuten las bases y sentencias de nuestra labor. Como todo en el dispositivo Póstumo la dinámica de “Textos” es colaborativa-acumulable. Hay material de sobra, rico en capas interpretativas y potentes en reflexión. Tanto agnósticos como religiosos quedarán pipones.