Invitación a la Pereza.  Ecorregión de la Puna, Bolivia, Barcelona, Buenos Aires, Nueva York, París 2021-2024.

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En el principio de todo se alzó el telón negro del silencio infinito y lel ser humano contempló, maravillada, el universo. En el principio fue esa relación entre el cosmos y la primera criatura que lo observa. El ser humano comienza siendo un contemplador atónito, mirar es su único y trascendente oficio. En el principio fue, pues, La Pereza.

Luego el pecado original provocó la cólera divina, se acabó la fiesta de la contemplación y fuimos obligadas a sudar la frente contra la tierra. La pereza fue condenada y comenzó la servidumbre al trabajo.

 Los partidarios de la meritocracia y el  híper- productivismo declaran que la pereza es un vicio que debemos controlar. Toda desviación de la eficacia se convierte en una patología, llamada con un verbo que han puesto de moda: Procrastinar.

El derecho a la pereza se convierte hoy en un acto revolucionario. Persigamos la incompetencia, la gloria de llegar últimos y que no nos importe demasiado.  La vida no tiene más justificación que ella misma celebrándose, gocemos entre abrazos, paseos, siestas, brindis y bailes.